Yo tengo un diablo en mí (pero inactivo)

La dualidad del ser humano es algo que siempre me ha fascinado desde los tiempos en que comencé a notar como en algunos contextos hay gente que me considera un santo mientras que en otros se me considera el mismísimo demonio. Porque seamos sinceros, ese concepto del absolutismo interior está mandado a recoger desde hace rato; en el mundo real no existe la gente totalmente buena ni la gente totalmente mala. Un segundo le podemos tirar el carro encima a un peatón en la calle y al siguiente estamos salvándole el gato a la viejita de la esquina, y al final de cuentas el que reza y peca, empata, no? Nada es mas relativo en esta vida que el concepto del bien y del mal. Y desafortunadamente nada es mas equívoco y sublime.

No me considero ángel ni demonio, pero puedo ser los dos al tiempo con bastante facilidad cuando me conviene. Esto no siempre hace feliz a mi conciencia, pero lo disfruto, y estoy en paz con mi dualidad porque nadie puede pretender ser como en las novelas Venezolanas en donde los malos solo pueden ser malos y los buenos no matan una mosca. En mi vida siempre ha estado presente ese balance de aspectos positivos y negativos, el ying y el yang por decirlo así. Por cada Paul McCartney sonriente y bien peinado que escribe canciones de amor platónico en mi repertorio mental hay un Mick Jagger con la cremallera abajo mirando a las groupies en espera de que alguna le de papaya. Y se la dan.

Es por eso que nunca he escrito este blog queriendo dármelas dar de santo, y aunque a veces se me sale uno que otro madrazo por ahí, creo que mi tono en general se puede definir mas dentro de lo políticamente incorrecto que lo vulgar. Odio esos blogs cuyos autores escriben desde el comfort de sus burbujitas mentales y jamas se atreven a quedar mal con nadie (no se preocupe, si su blog aparece en mi lista de recomendados, no es uno de ellos). Acaso qué tiene de malo ser un poquito dañado en esta vida? A usted tampoco le gustaría ver a sus enemigos morir aplastados bajo un bulldozer para despues echar sus cuerpos inertes en un barril de ácido sulfúrico? No? Ni siquiera solamente aplastados? Maldita sea, yo sabia que haberme visto "El Padrino" a los siete años me iba a traer problemas psiquiátricos después.

Puedo ser ángel y demonio a la vez porque afortunadamente no creo en el cielo ni en el infierno. Y suponiendo que el cielo y el infierno si existieran... no sería mejor estar en el mismo lugar a donde llegan todas las strippers?