martes, 28 de abril de 2009

Rastrillator

En vista de que James Cameron decidió no tomar parte de Terminator 3: Rise of the Machines, ni de la próxima a estrenarse Terminator: Salvation, la redacción del Neiva York Times decidió tomar un descanso del mundo de las letras para dedicarse a dirigir la tan anhelada secuela bajo el tutelaje del mundialmente reconocido director criollo, Estiven Espitia.

El siguiente es tan solo un pequeño avance de lo que será indudablemente el megablockbuster del verano por encima de "Echar pala nunca, deyerbar jamás 2." Con ustedes... Rastrillator 4: Rise of the Gardening Tools.

Hasta la vista... dignidad!

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lunes, 20 de abril de 2009

El Avión de Felipe


En una tarde de efervescencia y calor, de esas que suelen suceder a menudo en los alrededores de mi ciudad natal, llegó Felipe de vuelta por mi casa tras varios meses de haber decidido largarse a estudiar electrónica a Bogotá. En sus manos traía lo que parecía ser un avión miniatura, el cual recientemente habia diseñado en su tiempo libre y se notaba por encima que no podía ser barato ni había sido construido a la ligera. Todo, desde la pintura de su fuselaje hasta los pliegues de las alas habian sido diseñados con el mas minucioso de los detalles en pos de proveer a su dueño (y por ende a sus amigotes) incontables momentos de diversion aeronáutica.

A falta de control remoto, el avión habia sido dotado de un envidiable motor de propulsión con complejo de boomerang. Solo era cuestión de prenderlo, tomar impulso unos pocos pasos y lanzarlo al aire para que la navecilla aquella tomara vuelo por su cuenta durante varios minutos, tras los cuales daba media vuelta y regresaba aterradoramente cerca de su lugar de despegue. Era toda una maravilla para una partida de chinos de 15 o 16 años cuyas experiencias de pilotaje se limitaban a volar aviones de papel durante el cambio de clase en el colegio.

Fué asi que decidimos irnos todos esa tarde al cerro mas cercano para poner a prueba el complejo aparato. El primero en probarlo fue obviamente el mismísimo Felipe. Avion en mano, el creador de la goma del momento respiró profundo, miró al horizonte, y corrió tal vez unos cinco metros hasta soltar de sus manos la nave, la cual lentamente comenzó a tomar altura mientras todos los allí presentes soltamos unísonos "ohhhhhhh"s y "ahhhhhh"s de verdadero asombro. El avión se alejó en una linea recta que poco a poco fué tomando forma de curva hasta caer, como era de esperarse, a pocos metros del lugar de donde fué lanzado.

- Qué chimba marica!! yo quiero, yo quiero!!
- Pere, pere que vamos por turnos.

Y el avión fue volado nuevamente de mano en mano por todos los demas integrantes del parche, siempre haciendo su triunfal entrada de retorno a manos de sus lanzadores. Hasta que finalmente, en un graso craso error del destino, me tocó el turno.

Concentrado, concentrado papá que esto no es difícil. Solo es correr unos pasos y soltarlo con algo de fuerza. Aunque me pregunto... qué tanta fuerza? Será que si no aplico la necesaria se me va de jeta al piso? Noooo, no queremos que eso pase.

Así que efectivamente salí corriendo con el avioncillo firmemmente sujetado entre el anular y el pulgar, y al lanzarlo sentí un leve, muy leve, pero levísimo "crack." Resulta que lo lancé con tanta fuerza que uno de mis dedos alcanzo a perforar el cuerpo del avión al momento de lanzarlo.

Mas sin embargo el avión tomó vuelo. Y vaya vuelo! Todos gritaron contentos "eeeeh que chimba! miren como vuela!!" mientras el motor rugía cada vez más distante. Emocionados corrimos detras del avión para ver mas de cerca su vuelo, pero hubo un punto en que... como decir esto... comenzamos a notar que algo raro estaba pasando.

Normalmente el avión daba la vuelta despues de aproximadamente un par de minutos, pero en este caso pasaron 4, 5, tal vez 6... y el berraco avión nada que daba la media vuelta. Finalmente el "brrrrrrrrr" del motor dejó de escucharse para perderse en medio de la brisa, y la silueta de aquel aparato se fué convirtiendo poco a poco en un ínfimo puntico que eventualmente desapareció en el lejano horizonte por allá detras del Caguán, mientras Felipe corría despavorido a lo largo del cerro gritando como un loco "jueputa mi aviooooooooon!!" Yo también corria haciendo el amague de estar preocupado mientras trataba de explicarle que no tenia la menor idea de porque el avión decidio no volver, aunque muy en el fondo SI sabia porque era.

Lo mas bacano de todo: Felipe no se emputó. Eso si me echó mas de un indirectazo el resto de la tarde, pero por lo menos no me cobró el avion ni me dejó de hablar. Hoy en dia seguimos siendo excelentes amigos, y el tema solo ha salido al aire como anécdota graciosa en las conversaciones despues de un par de traguitos.

La moraleja del cuento: mis queridos, cuando alguien te perdona que en dos segundos le botes un avion que le tomó meses construir... sabes que has encontrado un amigo de verdad.

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miércoles, 15 de abril de 2009

Cosas que aprendes de los video juegos


Visto en un poster que hay pegado en la puerta de la habitación de mi hermano menor:

  1. Absolutamente TODOS los problemas se pueden resolver a través del uso de la fuerza

  2. Si se mueve, destrúyelo!

  3. Cualquier vehículo o nave se puede pilotear sin necesidad de entrenamiento previo

  4. Un solo tipo "bueno" puede derrotar infinidad de tipos "malos"

  5. Es perfectamente saludable comerse todo lo que uno encuentre en el piso

  6. Nadie te va a arrestar por destrozar el lugar

  7. Puedes empujar a los demas vehiculos de la carretera y tampoco nadie te va a arrestar

  8. La gente al morir simplemente desaparece

  9. Entre mas emputado uno esté, mas aumentan las posibilidades de ganar la pelea

  10. Para derrotar a cualquier enemigo solo se necesita tener suficientes moneditas

  11. La muerte es reversible (pero solamente para uno)

  12. No tiene nada de raro ver ninjas peleando en la calle a plena luz de dia

  13. Cuando los malos comienzan a ponerse de colores, es porque estan a punto de morir

  14. Las balas nunca se acaban, las granadas si

  15. Todas las mujeres tienen cuerpos esculturales y se visten como fufurufas

  16. Disparele a todo. Si se muere... es porque era malo.

  17. No se preocupe si estrelló su vehiculo. Uno nuevo aparecerá en pocos instantes

  18. Los "malos" siempre siguen patrones de movimiento determinados y fáciles de predecir.

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viernes, 10 de abril de 2009

El verdadero amor no sabe de números


- I love you
- I love you too
- I love you three
- I love you four
- I love you five
- I love you ten
- I love you one hundred
- I love you two hundred
- I love you 65,348,954,163,097,208
- ...
- What happened baby?
- Daddy, not fair!!!

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martes, 7 de abril de 2009

Es que uno nunca sabe, mijo


Ya lo decidí: el dia que muera no quiero ser enterrado.

No quiero que me velen, ni que me lloren, ni que al ataud me lo rocien con Aguardiente Doble Anís, Jack Daniels, Smirnoff ice, Gatorade, o cualquiera que sea mi bebida favorita del momento.

No quiero un velorio lleno de personas a quienes nunca les importé un sovereign cucumber en vida. No quiero que digan "ay qué bueno que fué" si antes nunca dijeron "ay qué bueno que es" (aunque les podría valer "ay qué bueno que está")

No quiero mariachis, ni parranda vallenata vallejarta, y mucho menos esa ultra-trillada canción de "Amigo" de Roberto Carlos que siempre cantan con desesperante desgano y para colmo nunca nadie se pone de acuerdo en qué tono empezarla; caso parecido al japi verdei criollo con que acostumbramos torturar los tímpanos de todos nuestros compañeros de oficina.

Atención: si algún dia usted se encuentra de frente con el papayaso de verme morir ya sea de muerte natural, de un bien merecido tiro al esternocleidomastoideo, espichado por un tren, partido por un rayo, succionado por algun sifón de piscina, por sobredosis de Viagra, o de haber sucumbido a las garras de alguna penosa enfermedad (no necesariamente) venérea, recuerde siempre estas sabias palabras:

Ni pu'el p#$% vaya a dejar que me entierren!!

Todo esto por qué? se preguntarán algunos de ustedes. Pues mis queridos, alguna vez un hombre muy inteligente y vástamente sabio dijo: "En la vida solo es segura la muerte, y por ahi de vez en cuando un mal polvito."

Y la verdad, la cuestión aquella de la muerte y el polvito me quedó sonando. Escuchen bien... quiero que me cremen. Quiero quedar hecho un polvito, no importa si bueno o malo. Una vez cremado, qué cuento de urna. Quiero que echen mis cenizas en una caja de arroz chino del restaurante Chino Marcos en Neiva (para irme con el sutil aroma a lagaña frita que toda la vida enamoró mis fosas nasales), y que después entre los amigos y familiares que quieran se vayan caminando hasta el monumento la Gaitana. Una vez allí, si a algun avispado se le ocurrió traer un iPod Nano o en su defecto una grabadora Clony de 8 pilas, haga el favor de prenderla y poner a sonar por última vez "Mariposa Tecknicolor" de Fito Paez, pero en su versión unplugged del disco Euforia, mientras la persona mas allegada a mí (posiblemente Sophie, si es que de aqui a allá aun no he podido cuadrarme a Katherine Zeta Jones) esparce mis cenizas lentamente sobre el rio Magdalena.

Y ya... cuando termine toda esa maricada váyase cada uno para su casita y la madre pa'l que llore. Mas bien búrlese, diviértase, cáguese de la risa con todas las huevonadas que recuerde de mi, con todas las ocurrencias que algún dia tuve y en las cuales usted salió involucrado (créame, si nos conocemos en persona, por lo menos debe haber una que nunca se le olvida).

Solo asi me iré feliz, listo para renacer como la ultima reencarnación del Dalai Lama.
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(50 años después...)

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"Si, gracias Diós. Lombriz de tierra realmente era mi segunda opción."

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