Crónica De Una Tarde En Venecia

A Venecia se va uno dizque de enamorado, pero en mi opinion, esta ciudad guarda poco o nada de romanticismo. Es innegable que la ciudad tiene su encanto, y que el hecho de no ver un solo automóbil (en Venecia no hay carreteras) es ya, de por si, bastante exótico y relajante. Sin embargo, nunca en mi vida habia visto una ciudad que explotara tanto y de forma tan descarada su turismo. Al menos, no de este lado del Atlantico.

Para no ir muy lejos tenemos el ya famoso y archi-mega-super-trillado paseo en Góndola. Una cosa es lo que uno ve en peliculas: un gondolero sonriente con sombrero blanco de cinta negra, jersey a rayas, voz de tenor, y brazos de fisiculturista. La realidad, sin embargo, nos trajo algo muy distinto: un man calvo, rudo, mal vestido, y con cara de haber pasado 30 de sus ultimos 40 años en la carcel. Encima de eso nos queria cobrar 100 euros por el paseito de 20 minutos, pero despues de mucho regatear, nos lo terminaron dejando en 50 (lo cual sigue siendo un atraco).

Cuando Maria del Mar y yo nos subimos a la desdichada Góndola (que no es mas que una canoa destartalada con el ego inflamado), y vimos que el gondolero solo se limitaba a remar atras de nosotros, le preguntamos "y la serenata?" a lo cual nuestro gondolero, en una apoteósica demostración de importaculismo, respondió:

- Cantar? Eso es para los mariachis.

En fin, eso no es todo. Qué otra cosa no ve uno en las películas? Pues EL OLOR, lógicamente. Y cómo no lo pensé antes? Una ciudad ubicada estratégicamente en medio de un charco de aguas semi-estancadas, y cuyas casas estan construidas sobre planchones flotantes de madera que jamás volvieron a ver la luz del sol, está destinada a oler a caño en cada uno de sus rincones. Después de pasar por ciertas calles, uno no deja de preguntarse a donde diablos irán a parar las aguas negras del alcantarillado, o la basura municipal. Sí, mis queridos, la respuesta está en ese chuquio mugriento que hay debajo de la canoa. Y no, ese rostro pálido e inerte bajo el agua no era un reflejo.

Asi mismo, uno se imaginaría que Venecia está llena de casitas antiguas con ese encanto Italiano de los siglos anteriores, con niños que juegan al futbol (o en este caso, al water polo?). Y claro que las debe haber, pero créanme que si de pronto existen, estan lejísimos de las zonas turísticas de la ciudad, por alla escondidos donde nadie pueda ver la cruda realidad. Qué tenemos entonces a cambio de esto en las calles principales de Venecia? Mezcle usted Rodeo Drive en Beverly Hills con la quinta avenida en New York, inunde con 100.000 galones de agua y sirva al gusto. Solo tiendas de diseñador, zapatos italianos de 2000 euros, camisetas oficiales de la seleccion italiana en 80, mejor dicho... En Venecia, ser pobre es un pecado.

Ahora, algunos de ustedes dirán "Aja, pero cual es la vaina de este man contra Venecia?" Es que todavia no les he contado lo peor.

Han escuchado hablar del cristal Murano? Pues viene de la isla Veneciana del mismo nombre. Allí nos dio por entrar a una fábrica del famoso cristal para ver una demostración, la cual fué llevada a cabo por un empleado de la tienda frente a mas de 50 turistas de todo el mundo. Al terminar, cuando todos nos estabamos yendo, el empleado se acercó y me preguntó de donde eramos. Y yo claro, ingénuamente respondí: "Colombianos." No habia terminado la frase cuando el desgraciado ya le estaba haciendo señas a otro para que nos echara ojo.

Cuando decidimos ir a mirar las obras de arte, en el segundo piso de la fábrica, el empleado al que le hicieron señas se fué tras nosotros cual perro sabueso rastreador. Se nos hizo en frente bloqueando la entrada al lugar y nos disparó esta perla:

-Esta es la boutique. Aqui no va a encontrar nada por debajo de los 5000 euros.

Ahora, eso lo entiendo si hubieramos sido los únicos en la boutique ese dia, pero habia por lo menos 30 personas más en el lugar. Maria del Mar no pudo ocultar su enojo y me pidio que nos fuéramos, pero yo volví dispuesto a enfrentar al desgraciado, solo que el desgraciado esta vez no me dió la cara. Me enviaron otro vendedor, a quien tuve engolosinado diciendole que me interesaba uno de sus mamarrachos de 10.000 euros. Despues de casi una hora en la cual echamos calculadora y hasta hicimos arreglos para el envio, finalmente le dije que no iba a comprar nada por la forma en que me habian atendido primero (igual no iba a comprar nada... digo... bastante mala cara hice cuando vi que una pizza valia 10 euros).

A nuestro regreso de Murano eran las 3 de la tarde y ya habiamos hecho todo lo que teniamos planeado para el dia. Cruzar todo el gran canal? Check. Recorrer la plaza y Basilica de San Marco? Check. Pasear en Gondola? Check. Recorrer la ciudad a pie? Check. Pasar sobre el puente Rialto? Check. Y como nuestro tren a Vienna no partia hasta la 1 de la mañana, nos dedicamos a matar tiempo recorriendo nuevamente nuestros pasos. Ya hacia las 6:00pm nos encaramamos al campanario de la Basílica de San Marco para ver el atardecer desde unos 100 metros de altura, y esa fue tal vez la mejor experiencia del dia.

En conclusión, no es que Venecia no sea bonito, pero la verdad esperaba muchísimo más de esta ciudad que se jacta de ser una de las románticas e inspiradoras del mundo (lo siento; Paris sigue al tope de la lista).

Pero en fin, esa es solamente mi opinión. Saque usted sus propias conclusiones tras observar las tomas que hizo el lente de AlexilloPillo por AQUI.

Proxima edicion: VIENNA