jueves, 17 de abril de 2008
jueves, 10 de abril de 2008
Bill Gates Come Chitos Al Lado Mio
Sin palabras... hoy tengo el ego por las nubes. No solo me dijeron superdotado, sino que además, según esta vaina, mi coeficiente intelectual es 23 puntos mas alto que el mejor ICFES de todo mi colegio en 1994, y por ahi derecho uno de los 10 mas altos de Colombia ese mismo año (cortesia del compañero José Salgado Patrón, quien aparece en la segunda gráfica).
Asi que por favor, bájenme, bájenme rápido de esa nube asi sea con una cauchera o con una horqueta porque yo soy como los burros, y no precisamente por el tamaño de... las orejas.
Ahh y si alguien necesita ayuda con una tarea de Física Cuántica, o necesita tutoria privada en Inglés o conceptos de Ingenieria Aeronautica.... recuerde, todo depende de que tan buena esté usted.
jueves, 3 de abril de 2008
Wishing For Amnesia
Me detuve frente al pare justo antes de cruzar la avenida en medio de la lluvia torrencial de una noche de Abril. El frio nocturno lentamente carcomia las pocas neuronas esparcidas por mi mente en blanco segundos antes que decidiera girar mi vista 20 grados hacia la izquierda y presenciar la infame escena de muerte y dolor. Tirado alli, en medio de una avenida de 6 carriles que divide dos bloques de edificios residenciales, yacía inerte algo que inicialmente no pude precisar con detalle desde la ventana de mi auto.
Como vi que no venia nadie detrás mio, me detuve un instante en completo silencio para apreciar mejor la escena. De la nada vi salir corriendo a una joven mujer en dirección al bulto en la carretera, y con mas desespero que razón se paró firmemente frente a él al tiempo que hacia señales desesperadas con sus manos para que no les pasaran por encima.
Desde mi ángulo solo pude apreciar la silueta de aquella mujer agachandose sobre el objeto en cuestión, practicamente temblando en medio del frio y la presencia oscura de la muerte asechando a su alrededor. Las luces de un auto me alumbraron por detras y tuve que salir de mi trance para dar esa temida vuelta a la izquierda y cruzar la avenida en dirección a mi casa.
Al dar la vuelta pasé a pocos metros de la escena y pude ver todo mejor. El pequeño bulto era en efecto un perro al cual probablemente habian atropellado pocos segundos antes de yo llegar a esa intersección. Su dueña lloraba lagrimas de sangre junto a el, mientras por el celular, ahogada entre gritos de angustia, suplicaba algo intentendible que de seguro iba dirigido a algun empleado de veterinaria (o quizas morgue?).
Para desgracia de mis futuras memorias y satisfacción de mis presentes traumas, el perro aun no estaba muerto. Sus patas temblaban como quien se aferra inútilmente a una vida que está a pocos segundos de expirar, su pelaje blanco y liso yacía sobre el pavimento golpeado por las incesantes gotas de una lluvia que no quiso parar de llorarlo, su mirada férrea y la cabeza inmóvil eternamente tatuadas en lodo por las llantas de algún camión.
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